Las fuertes turbulencias que sacudieron a un avión de Air Europa a comienzos de mes pusieron en alerta a los pasajeros aéreos. Con 30 personas heridas, el “vuelo del terror” -como lo catalogaron los usuarios de redes sociales que difundieron los videos- fue el caso más extremo de este tipo de incidencias en vuelos comerciales en el último tiempo. Ahora, pilotos y expilotos dieron sus consejos para mantenerse a salvo en caso de turbulencias graves y extremas.
El vuelo de Air Europa que tuvo que aterrizar de emergencia en Brasil dejó videos e imágenes de las consecuencias y el descontrol que ocasionaron entre los pasajeros, algunos de ellos por no haber seguido las instrucciones y consejos de seguridad pertinentes.
A fines de mayo, en tanto, hubo un caso similar en un vuelo de Singapore Airlines, un Boeing 777 que viajaba de Londres a Singapur con 211 pasajeros. Una repentina caída de altitud de 54 metros fue fatal: un viajero murió y más de 100 personas resultaron heridas.
Si bien algunos de esos incidentes pueden ser sorpresivos, los aviones están construidos para soportar incluso casos extremos de este tipo de incidentes. Ahora, los expertos en material aerocomercial dejaron una serie de recomendaciones para transmitir tranquilidad a los viajeros.
El primer consejo es uno de los que reciben los pasajeros apenas se suben al avión. Hay que tener el cinturón abrochado. Así comienza el decálogo que reconstruyó The Washington Post.
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La aeronave iba de Londres a Singapur cuando agarró un pozo de aire y estuvo en estado de turbulencia por más de cuatro minutos.
Y pone la lupa sobre uno de los casos que generan dudas: el de los niños menores de dos años, que pueden volar gratis. Ellos también deberían viajar con el cinturón puesto en asientos especialmente confeccionados para su tamaño.
De acuerdo al CEO de la Fundación de Seguridad de Vuelo, Hassan Shahidi, quienes no están atados a su ubicación están expuestos a sufrir las peores lesiones en momentos de turbulencias extremas. Les sucedió a 10 personas que volaban en la aeronave de Air Europa que partió de Madrid y tenía como destino Montevideo: el artefacto tuvo que aterrizar de emergencia en Natal, Brasil, y una persona sufrió fracturas cervicales.
Otro experto le remarcó a The Washington Post que el cinturón debe estar abrochado siempre que el pasajero esté sentado, incluso cuando está encendida la señal que autoriza a sacárselo. Sólo se podría desabrochar si el pasajero necesita pararse, por ejemplo, para ir al baño.
“Cada vez que vueles, andá atado por más que no lo indiquen”, le dijo Pablo, piloto en actividad, a Clarín hace algunas semanas.
“El problema es que muchas veces los pasajeros e inclusive la tripulación en cabina, no lleva puesto permanentemente el cinturón de seguridad. Y lógicamente el susto ante la incertidumbre de lo que puede pasar (para un pasajero común), aunque le hayan avisado antes de que se iba a atravesar una zona turbulenta”, añadió el meteorólogo Mauricio Saldívar a este diario.
El segundo ítem que rescata The Washington Post es la elección del asiento. Se sabe que los viajeros tienen sus preferencias, por espacio, comodidad y hasta compañía de seres queridos. Pero algunas zonas están más a salvo que otras a las consecuencias de turbulencias severas.
En caso de sacudones y aire enrarecido, la zona más recomendable es el centro del avión, cerca de las alas y lejos de la cola, que se lleva la mayor parte de la carga de las turbulencias.
Los ansiosos también pueden acudir a numerosos sitios de información meteorológica para prever estos fenómenos. “Las personas pueden prepararse mentalmente y sentirse un poco más empoderadas sobre lo que está sucediendo”, Kathleen Bangs, expilota. The Washington Post enumera algunas aplicación que pueden ayudar: Turbli, Fly With Courage y Turbulence Forecast.
Sin embargo, los pasajeros deben prestar sus oídos y su vista a los consejos y avisos de la tripulación y los auxiliares. Son ellos quienes advierten por turbulencias de diferente magnitud. Y también son ellos quienes reparten indicaciones básicas que, en casos severos, pueden ocasionar problemas. Uno de ellos es guardar correctamente los bolsos y otros elementos de mano. Puertas cerradas evitan golpes y posibles fracturas.
Por último, un consejo clave: confianza. Los pilotos tienen a su disposición informes actualizados sobre el estado de la ruta y mantienen comunicación con controladores.
Cambio climático y turbulencias extremas: la explicación detrás de un fenómeno en aumento en los aviones
Todos los vuelos experimentan en el aire algunos sacudones o turbulencias. De allí que este tipo de fenómeno esté calificado de leve a extremo, según la magnitud.
Las turbulencias se definen también de acuerdo a su origen. Pueden ser mecánicas, producidas por objetos o el terreno sobre el flujo laminar del aire. O pueden ser convectivas, es decir, producidas por el calentamiento diferencial del aire.
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Un vuelo que partió de Madrid y se dirigía a Montevideo sufrió gravísimas turbulencias que lo obligaron a aterrizar de emergencia en Natal, Brasil.
Dentro de esa última especie de fenómenos se encuentran las turbulencias en aire claro, que son indetectables y hasta impredecibles.
“En este contexto de Cambio Climático Antropogénico (CCA), las turbulencias están aumentando en frecuencia e intensidad”, le dijo a Clarín el meteorólogo Saldívar sobre el rol del cambio climático en estas incidencias cada vez más reportadas.
En la actualidad, los pilotos se encuentran con nubes en altitudes (superiores a los 15 mil metros) en las que antes no aparecían. Las tormentas y los rayos, así como cambios en el viento, obligar a aplicar modificaciones en los tiempos de vuelo. El aire más cálido también afecta al despegue, lo que ocasiona que los aeropuertos precisan pistas más largas para tomar vuelo y que los aviones necesiten menos carga. En el mismo sentido interviene el aumento del nivel del mar sobre las operaciones en las terminales cercanas a la costa.
Según un informe de la Universidad de Reading, del Reino Unido, Turbulencia en Aire Claro crecieron un 55 % en los últimos 40 años en el Atlántico Norte, área de la investigación. También aumentaron las moderadas (37 %) y las leves (17 %).