En un mundo lleno de necesidades espirituales y materiales, Rosul Paredes ha aceptado el llamado de llevar esperanza y salvación a través de su ministerio Cenas de Amor. Este proyecto, que comenzó hace más de 15 años, combina la evangelización con la ayuda social, alcanzando a personas en situación de vulnerabilidad en Argentina y otros países de Sudamérica.
Un ministerio que camina en amor y obediencia
Desde su base en Villa Urquiza, en el corazón de la Ciudad de Buenos Aires, Rosul, su esposa Maribel, y sus hijos Máximo y Felipe trabajan como un equipo dedicado a cumplir con la misión que Jesús les encomendó. Juntos organizan cenas, entregan alimentos y, sobre todo, comparten el mensaje del Evangelio.
La labor no se limita a las calles de Buenos Aires. El ministerio ha alcanzado lugares tan distantes como las favelas de Brasil, las minas de Bolivia y las aldeas indígenas de Paraguay. En cada uno de estos lugares, el objetivo es claro: mostrar el amor de Cristo en acción, llevando un mensaje de arrepentimiento y salvación.
Impacto espiritual en lugares inaccesibles
El compromiso de Cenas de Amor se refleja en los testimonios que surgen tras cada jornada de evangelización. En Curitiba, Brasil, durante una campaña en la favela Nova Primavera, más de 1,600 familias escucharon el mensaje del Evangelio. En palabras de Rosul:
«Jesús está tocando la puerta. Si ellos lo escuchan, deben abrir para que Él entre y cene con ellos.»
Este impacto no solo transformó vidas individuales, sino también comunidades enteras. Personas que antes estaban atrapadas en sectas y adicciones rompieron con sus viejas prácticas y aceptaron a Jesús como su Salvador.
Una iglesia en movimiento
Rosul y su equipo consideran que el ministerio no debe quedarse dentro de las paredes de una iglesia. Por eso, trabajan como una “iglesia en las calles”, llevando el mensaje de Cristo a través de actos concretos de amor y servicio. Noche tras noche, recorren kilómetros para alcanzar a personas en situación de calle, abrazando al anciano, al huérfano y a la viuda.
En Buenos Aires, su ministerio ha sido una fuente de inspiración para otras congregaciones que ahora también salen a evangelizar en las calles. Rosul explica que esta estrategia no es solo un acto de caridad, sino un mandato de Jesús para amar y servir al prójimo.
Un llamado al avivamiento
El ministerio de Rosul está guiado por un profundo deseo de avivamiento espiritual. Inspirado en pasajes como el libro de Joel, él cree que este es el tiempo de escuchar la voz de Dios y actuar en obediencia. Este avivamiento también involucra a los más pequeños, como sus hijos, quienes a pesar de su corta edad, participan activamente en el ministerio.
«Dejen que los niños vengan a mí, porque de tales es el Reino de los cielos.»
Con el apoyo de pastores y comunidades de fe, Rosul sigue adelante, confiando en que Dios proveerá en todo momento.
El mensaje de Cristo: Una esperanza para todos
En cada paso, Cenas de Amor demuestra que el mensaje de Cristo tiene el poder de transformar vidas. Para Rosul, su misión no es solo predicar, sino vivir el Evangelio, mostrando con acciones lo que significa seguir a Jesús.
«Es el tiempo de vestirnos de amor, que es el vínculo perfecto.»