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Murió Alberto Fujimori, el profesor que pasó a dictador en Perú, aplastó a Sendero Luminoso y fue preso por violar derechos humanos


“Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori acaba de partir al encuentro del Señor. Pedimos a quienes lo apreciaron nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma”, publicó Keijo Fujimori, en la noche de este miércoles en X, en un mensaje que terminaba con un “gracias por tanto papá” y los nombres de los cuatro hijos a modo de firma. Comunicó así la muerte de su padre Alberto Fujimori, quien gobernó Perú entre 1990 y 2000 en una controvertida gestión que lo llevaría finalmente a la cárcel.

Si estos últimos días fueron penosos para Alberto Fujimori -sufría un cáncer en la lengua, que finalmente terminó con su vida- los últimos meses resultaron frenéticos.

En diciembre pasado, y cuando aún no había cumplido su larga pena, el Tribunal Constitucional le concedió un indulto humanitario por “su resquebrajado estado de salud”. Y desde entonces parecía recobrar ímpetu: volvió a la arena política y su propia hija Keiko, quien había heredado su sector político, se animó a postularlo como el candidato de Fuerza Popular para las elecciones del 2026.

Y algunos gestos y apariciones públicas de Fujimori, antes de que la enfermedad se lo llevara, revelaban que estaba en plena actividad política inclusive con el guiño del actual gobierno de Dina Boluarte, que no descartaba una sorprendente coalición hacia el futuro.

En un programa de tevé, Keiko relató: “Yo miraba el brillo de sus ojos y es que yo decía: ‘sí pues, él va a hacer política hasta el último día de su vida‘. Entonces le dije: ‘Mira, papá, si tú realmente deseas eso, yo te voy a apoyar. Yo he comenzado a hacer política contigo’”.

Fujimori había cumplido 86 años el pasado 28 de julio. Cuando dejó la cárcel de Lima en diciembre estaba cumpliendo una condena de 25 años por delitos de lesa humanidad, pero el Tribunal Constitucional le restituyó el indulto humanitario, ya otorgado en 2017 por el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski. Una decisión que desafiaba órdenes de la Corte Interamericana de Justicia y que finalmente fue anulada.

En mayo pasado, Fujimori anunció que sufría el tumor maligno, tras padecer por casi tres décadas una lesión cancerígena en el mismo órgano. El 10 de julio, en medio de un hermetismo absoluto, se supo que un área administrativa del Congreso le había otorgado una pensión vitalicia de 4.216 dólares por haber ejercicio como presidente.

Algo que causó una gran polémica y el rechazo de constitucionalistas, que objetaron todo el aspecto legal. Elio Riera, abogado de Fujimori, defendió ese beneficio, señalando que el expresidente “no registra una acusación constitucional vigente que se lo impida y que su petición ha seguido el curso regular”. Eduardo Salhuana, titular del Congreso y elegido durante aquellos días, señaló que desconocía el tema y que se enteró “cuando ya se había decidido”.

Fujimori, de origen japonés, fue presidente de Perú con mano dura. Terminó con la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso, apresando a sus principales líderes y liquidando toda resistencia armada.

Sin embargo, las violaciones a los derechos humanos, la corrupción y la anulación de gran parte de la legalidad constitucional hundieron su gobierno, casi una dictadura. Una de las principales causas de su condena a prisión fueron dos matanzas de civiles en los barrios La Cantuta y Alto, perpetradas a principios de los 90 por un escuadrón paramilitar.

Había irrumpido sorpresivamente en 1990 y con un programa que podría vincularse a los populismos actuales derrotó a un candidato “convencional” como el gran escritor Mario Vargas Llosa, luego Premio Nobel y gloria peruana.

El rápido ascenso de Fujimori al poder ocurrió en medio de la ruina económica en la que se encontraba Perú en julio de 1990, al término de los cinco años de gobierno de su antecesor Alan García.

En agosto de ese año la inflación mensual llegó a 397% y el país soportaba una década de sangriento conflicto armado interno entre las fuerzas de seguridad y los grupos terroristas Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru.

“Enfrentó al terrorismo, controló la hiperinflación y hasta el momento se sigue su línea económica para bien o para mal”, dijo a AP Yusuke Murakami, profesor de ciencia política en la Universidad de Kyoto y experto en Fujimori. Murakami, quien fue funcionario de la embajada de Japón en Lima, consideró que sus veloces decisiones “le sirvieron de algo para responder en el corto plazo a las emergencias, pero no para el mediano y largo plazo”.

Alberto Fujimori en una internación por el cáncer, cuando aún estaba preso. Foto Reuters / Janine CostaAlberto Fujimori en una internación por el cáncer, cuando aún estaba preso. Foto Reuters / Janine Costa

Hijo de japoneses, pero apodado “El chino” por sus amigos y partidarios, Fujimori era ingeniero agrónomo y al momento de lanzarse a la política se desempeñaba como profesor de matemática en la Universidad Agraria de La Molina.

Sus padres, nacidos en la provincia japonesa de Kumamoto, trabajaron en Perú como costureros, reparadores de neumáticos, repartidores de rosas y dueños de una granja avícola para mantener a los tres hijos y dos hijas de la familia.

Alberto Fujimori, un mano dura que cerró el Congreso de Perú

Ya presidente en su primer período, el 5 de abril de 1992 Alberto Fujimori produjo un verdadero golpe de Estado: con el apoyo de las Fuerzas Armadas, cerró el Congreso, intervino el Poder Judicial y el Tribunal de Garantías Constitucionales y asumió todos los poderes del Estado.

Pero la presión de los organismos internacionales y de distintos países, lo obligó a convocar un Congreso Constituyente, que promulgó la nueva Constitución en 1993 y aún vigente hoy. Lo que no cedió es su manejo autoritario y la presencia de parapoliciales y paramilitares, todos bajo el comando del todopoderoso -y hoy también preso- Vladimiro Montesinos.

“Disolver, disolver”, fue la frase repetida con la que Fujimori anunció el llamado “autogolpe” y quedó por muchos años en el recuerdo de los peruanos.

Pero su popularidad aumentó luego de que un grupo de investigadores policiales, que recibía más apoyo de la embajada de Estados Unidos, capturara una noche de sábado de septiembre al líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, y a miembros claves de su cúpula que desde 1980 hasta 2000 provocaron más de 12.000 asesinatos.

Años más tarde, Fujimori sacó partido del rescate de la residencia del embajador japonés en Lima tomada por rebeldes del Movimiento Túpac Amaru. Ese día, soldados del ejército rescataron vivos a 72 de 73 rehenes y ejecutaron extrajudicialmente a los rebeldes. Una imagen de Fujimori en chaleco antibalas y botas militares, paseando victorioso por la residencia liberada, recorrió el mundo.

La foto de Alberto Fujimori que dio vuelta al mundo, tras el rescate de rehenes en la residencia del embajador japonés en Lima. Foto AFPLa foto de Alberto Fujimori que dio vuelta al mundo, tras el rescate de rehenes en la residencia del embajador japonés en Lima. Foto AFP

De acuerdo con diversos estudiosos, Fujimori inauguró un nuevo tipo de autoritarismo en la región: gobernó con un régimen autoritario de fachada democrática y gran respaldo popular.

Además de la convulsión político-militar durante su período presidencial (1990-2000), también se dieron fuertes problemas familiares.

Los Fujimori, un clan del poder en Perú

En agosto de 1994, con tan solo 19 años, Keiko Fujimori asumió la función de Primera Dama tras la separación de sus padres.

Su madre, Susana Higuchi, denunció que durante el Gobierno autoritario de Alberto Fujimori fue encerrada por el Servicio de Inteligencia del Ejército y torturada con descargas de electroshock porque iba a denunciarlo por un presunto robo de donaciones desde Japón y Estados Unidos para una fundación caritativa que ella presidía. Keiko negó dichos abusos y ha señalado en varias ocasiones que se trató de “un mito”.

Fujimori tuvo que renunciar a su investidura desde Japón, por medio de un fax, mientras arreciaban las denuncias de corrupción. El detonante fue la difusión de un video donde se veía a Montesinos entregando dinero a un congresista opositor. Más adelante, el Congreso aprobó por unanimidad la acusación de delitos de lesa humanidad.

Keiko fue su heredera política y candidata en tres elecciones presidenciales, en las que perdió por estrecho margen.

Finalmente, Fujimori fue extraditado desde Chile en 2007, purgando su prisión en Lima hasta diciembre pasado. Una curiosidad fue que, durante meses, compartió cárcel con Alejandro Toledo (su principal opositor al final del mandato) y con Pedro Castillo (luego presidente y también destituido).

En 2019 se le permitió salir a una clínica para tratarse distintas dolencias y allí permaneció tres meses: sufría problemas estomacales, pulmonares, vasculares y de presión arterial.

Luego escribió una carta, que parecía anunciar un final próximo: “El final de mi vida está cerca. Tengo casi 12 años preso y hoy me están llevando de nuevo a la cárcel. ¿No es eso suficiente? A mis hijos y a mis nietos les digo que estoy seguro que el juicio de la historia será más justo que el juicio de los enemigos políticos conmigo”.

Aunque Kuczynski le había concedido el indulto en 2017, un juez anuló la decisión y Fujimori tuvo que permanecer en la cárcel. Al mismo tiempo, su hija Keiko tenía que pelear el liderazgo de su herencia política con su hermano Kenji, quien fue desaforado del Congreso. Ambos hijos de Fujimori también arrastran denuncias por corrupción.

Keiko Fujimori, la hija y heredera del autócrata fallecido, perdió tres elecciones. Foto AFPKeiko Fujimori, la hija y heredera del autócrata fallecido, perdió tres elecciones. Foto AFP

Lo cierto es que la división generada por Fujimori se prolonga desde aquella década en la que gobernó hasta nuestros días: sus seguidores reivindican que “salvó al país del terrorismo y el colapso económico” (detuvo la hiperinflación heredada del período de Alan García), mientras que para sus opositores fue “un autócrata que violó los derechos humanos” y “aumentó la corrupción”.



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