El gobierno de Nicaragua liberó este jueves a 135 presos políticos, un acuerdo negociado por el gobierno de EE. UU que incluye a 13 personas afiliadas a la iglesia evangélica estadounidense Mountain Gateway (Puerta de la Montaña).

El anuncio fue hecho por la Casa Blanca alegando razones humanitarias, las personas liberadas fueron enviadas a Guatemala donde serán procesados como refugiados.

Los líderes cristianos estaban en prisiones de máxima seguridad, sin acceso a sus familiares o abogados y sin atención médica adecuada, lo que generó una preocupación creciente por su salud física y mental.

Organizaciones internacionales como ADF International intervinieron en su defensa, condenando las duras penas impuestas, que incluían multas de hasta 80 millones de dólares y sentencias de hasta 15 años de prisión. 

De los 13 miembros en libertad de la iglesia Mountain Gateway, 11 pertenecen al equipo pastoral. También fueron liberados laicos católicos, estudiantes y otras personas que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, consideraban una amenaza para su régimen, así lo comunicó Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.  

La administración Biden agradeció al presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, por la cooperación en el acuerdo y por “defender la libertad democrática”. En esta nación se les ofrecerá a los refugiados ayuda legal para rehacer sus vidas en Estados Unidos o en otros países.  

La familia Hancock, cristianos misioneros provenientes de Texas y fundadores de la iglesia evangélica estadounidense Mountain Gateway (Puerta de la Montaña) criaron a sus hijos en México y viajaron en 2012 a Nicaragua, donde establecieron iglesias en 15 comunidades rurales y remotas.

Según el New York Times, cuando el gobierno puso en su punto de mira a otros líderes religiosos, los Hancock prefirieron guardar silencio y “no tomar partido”, porque si lo hacían seguramente les expulsarían.

Con miles de seguidores y millones de dólares en donaciones, Mountain Gateway creció en tamaño, finanzas e influencia en el pais centroamericano, donde atrajo a casi un millón de personas a una serie de resurgimientos evangélicos.

Con el tiempo, compraron una finca de café y una casa en la capital, Managua, para los misioneros itinerantes. Pronto llegaron a ser propietarios de 47 vehículos y realizaron eventos multitudinarios. “Nuestra base se motivó”, afirmaron los Hancock. “Nuestra base de donantes explotó”.

Tras la celebración de 15 eventos en ocho ciudades, cuya organización costó un total de 4 millones de dólares, había planes para celebrar al menos una decena más, sin embargo, los diversos ministros de la iglesia fueron detenidos y acusados de utilizar la institución como fachada para comprar artículos de lujo.

El gobierno declaró en un comunicado de prensa que la iglesia movía grandes cantidades de dinero de origen desconocido.

“El gobierno desconfiaba mucho de que las organizaciones no gubernamentales tuvieran algo que generara fondos”, dijo Jacob, el hijo de Hancock, quien también fue acusado. “Así que creamos una entidad con fines de lucro en la que todas las ganancias se destinaban directamente a la misión. Íbamos a construir una escuela. Teníamos muchos sueños”.

En el pasado, parlamentarios y funcionarios policiales han orado con miembros de la iglesia y, de hecho, sus actividades sociales se ganaron elogios, incluso de medios gubernamentales.

Sin embargo, todo cambió cuando inició la persecución. Los activistas de derechos humanos y las organizaciones de libertad religiosa afirman que el gobierno utiliza los estatutos de lavado de dinero como arma para cerrar organizaciones que no controla.

Tan solo el último mes han cerrado en la nación centroamericana más de 1600 organizaciones, muchas de ellas cristianas.

EE.UU. estudiaba de cerca el caso Nicaragua; después de la reciente liberación, hizo un llamado al gobierno de Ortega para que cese de inmediato los arrestos y detenciones arbitrarias, destacando que nadie debería ser encarcelado por ejercer su derecho a la libre expresión, asociación o práctica religiosa.