El partido Renovación Popular (RP) ha presentado una propuesta para que las iglesias evangélicas puedan gestionar colegios públicos en el país. El proyecto, presentado el pasado 5 de julio, ya cuenta con el respaldo de todos los congresistas de la bancada de RP.

La iniciativa es impulsada por la congresista Milagros Jáuregui de Aguayo -conocida líder de fe cristiana evangélica- y propone permitir al Ministerio de Educación o a los gobiernos regionales suscribir convenios con iglesias cristianas evangélicas para la gestión de instituciones públicas de Educación Básica.

Milagros Jáuregui de Aguayo ya ha impulsado a través de la Comisión de Mujer y Familia que preside otras medidas y leyes que el Congreso de Perú ha resaltado como una gran labor en favor de la mujer y la familia, diciendo en su web (Diario Oficial El Peruano) que “veló por los derechos de mujeres, niños, adolescentes y poblaciones vulnerables, aprobando 51 dictámenes (9 ya son leyes) en el periodo anual de sesiones”

La propuesta supone modificar el artículo 71 de la Ley General de Educación (Ley 28044) pues en el contexto actual, el artículo 130 del reglamento de la norma menciona a las entidades sin fines de lucro y a la Iglesia Católica de manera exclusiva, como las únicas que pueden establecer convenios con el Ministerio de Educación o los gobiernos regionales en materias de educación, lo que lleva a excluir de facto a las iglesias evangélicas peruanas, que tienen una «enorme presencia social» como afirma Jáuregui.

En ese sentido, a través de esta iniciativa, se trata de ampliar las opciones de gestión educativa de una forma más inclusiva e igualitaria contando con las iglesias cristianas evangélicas en el sector.

No han faltado voces que tienen una visión negativa de la participación de políticos de fe cristiana en la vida pública, que advierten que permitir a las iglesias evangélicas gestionar colegios públicos podría desviar el enfoque de una formación integral que abarque ciencias y valores ciudadanos, hacia una instrucción basada en preceptos religiosos específicos, afectando la objetividad y la calidad de la educación que se ofrece en estos colegios públicos.

Una crítica que sin embargo no se realiza con la inclusión de la ideología de género en la enseñanza pública, ideología que paradójicamente carece de rigor científico y niega derechos ciudadanos a quienes no estén de acuerdo con ella.