Los menonitas en Colombia se han establecido en la zona rural de Puerto Gaitán, en el departamento del Meta desde hace ocho años, y según la prensa de este país, el grupo está compuesto por unas cuatrocientas familias.
Esta comunidad, que tiene sus orígenes en la Europa occidental del siglo XVI, vienen del movimiento anabaptista, que surgió de la Reforma Protestante y llevan su nombre por el holandés Menno Simons, líder contemporáneo de los reformadores.
Desde los inicios, fundaron sus costumbres en ideales de no violencia, bautismo de adultos y separación de tentaciones mundanas. Suelen ser confundidos con los amish, que también son anabautistas, pero es una rama distinta.
Según la prensa colombiana, su llegada a este país ocurre en medio de su búsqueda de un entorno donde puedan vivir conforme a sus principios religiosos y culturales, los cuales incluyen un fuerte enfoque en la vida familiar y el trabajo agrícola.
Isaac Wall, miembro de la comunidad, expresó a los periodistas como vive su fe: “Nosotros tratamos de ser cristianos, no solamente el domingo en la iglesia, sino toda la semana, el lunes, el martes. Pido a Dios y digo ‘mira, bendice mi trabajo y haz que yo pueda servir a mi prójimo”.
La comunidad se caracteriza por su conocimiento profundo de los procesos agroindustriales, habilidades que han sido transmitidas por varias generaciones.
Desde 2016, familias menonitas provenientes principalmente de México, han llegado Colombia en busca de mejores condiciones para desarrollar sus prácticas agrícolas. Aunque hablan algo de español, su idioma nativo es el alemán bajo, conocido como Plautdietsch.
Desde una edad temprana, los miembros de la comunidad trabajan la tierra, produciendo más de 200.000 toneladas de maíz seco y más de 100.000 toneladas de soya.
Explicaron que mantienen un control étnico estricto para preservar su cultura y raza, con una estructura social patriarcal donde los hombres desempeñan roles principales en el trabajo, mientras que las mujeres colaboran en el campo y en el hogar.
Esta rigidez ha sido críticada duramente, sobre todo, después del aislado y lamentable incidente en Bolivia donde se registraron delitos sexuales que asolaron estas comunidades en 2009.
Sin embargo, la prensa colombiana ha explicado que los menonitas han logrado integrarse al tejido agrícola del país, aportando no solo a la economía local, sino también preservando su identidad cultural y religiosa.
Se cree que la expansión menonita en América Latina comenzó en la década de 1920. Desde entonces, se han creado más de 200 colonias agrícolas en el centro y sur del continente.